El "Serán" que se celebró en la noche del sábado se prolongó hasta la madrugada e hizo más llevadera la faena a las cocineras.
M. Argibay - Poio Un año más, la Festa dos Callos de A Seca ha vuelto a batir récords. Este año se han repartido 1.700 raciones del manjar, que se vendía a un precio de seis euros. Cientos de personas se acercaron hasta la carpa instalada en la alameda de A Seca y no dudaron en tomarse un buen plato de callos que, aunque el día se mostraba caluroso, estaban igual de buenos que en el mes de diciembre.
Sobre las dos de la tarde se concentró el mayor número de comensales. Había que hacer unos minutos de cola para recoger el ticket de la ración y también para recibir el plato en sí, pero la espera valía la pena. Los comensales coincidieron en que los callos estaban "riquísimos" y el momento del año en el que tomarlos "es lo de menos, si se está en buena compañía y se disfruta de la fiesta", indicaba un vecino de Poio.
Vecinos y turistas disfrutaron con un menú que tardó en elaborarse más de seis horas. Las cocineras estuvieron desde las diez de la noche hasta cerca de las cinco de la mañana entre los fogones para que a partir de las 12.00 horas de ayer se comenzasen a servir las raciones.
Para preparar la comida emplearon 15 tarteras, que llenaron con unos 120 kilos de garbanzos y 400 kilos de diferentes tipos de carnes: chorizos, panceta, pezuño, vientre, pata, panceta y ternera, entre otros.
A mediodía tenía lugar la inauguración oficial de la fiesta, que corrió a cargo de la concejala de Festexos, Marga Caldas, y las propias cocineras, pues una de ellas fue la encargada de cortar la cinta inaugural. A continuación, el presidente de la asociación de Vecinos Boureante, organizadora del evento, animó a todos los presentes a hacerse con un plato de callos. La jornada estuvo amenizada por los acordes de la Escola de Música Tradicional de Poio.
Para los que no quedaron satisfechos con un plato de callos y no deseaban repetir, había diferentes puestos de venta de pulpo, empanada y dulces, así como otros de venta de cafés y licores, para los que quisieron completar el menú.
Además, en el recinto se podía contemplar la exposición "Poio en branco e negro", organizada por la asociación Armadiña y que muestra estampas de la vida cotidiana de Poio desde finales del siglo XIX hasta los años 80.
Serán hasta la madrugada
Lo que también resultó un rotundo éxito fue el I Serán dos Callos organizado por Boureante y que comenzó pasadas las diez de la noche del sábado.
Hasta cerca de las cinco de la mañana se prolongó la música tradicional de grupos aficionados al folk. No faltaron en ningún momento chorizos con pan y el vino rodó hasta el último momento. También hubo una chocolatada con rosca para los que se animaron a participar en la fiesta.
Las cocineras reconocían ayer que el trabajo de preparación de los callos durante la madrugada "se hizo mucho más llevadero" con la música y la organización prevé repetir este evento el año que viene.
(Artículo copiado del Faro de Vigo digital 10-09-2012 13:21)
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